miércoles, 2 de abril de 2014

Dos sitios arqueológicos están deteriorados y abandonados


Un inodoro arrancado de su sitio y tirado en medio de los arbustos a un costado del Centro de Atención al Turista (CAT) en las Qollqas de Cotapachi, es lo que queda de lo que hace algunos años fue una bonita y cómoda infraestructura edificada por el municipio de Quillacollo para recibir a los visitantes que llegan al lugar para conocer una de las principales edificaciones incaicas en el departamento de Cochabamba.
Este centro, que fue entregado en 2010 por la exlacaldesa de Quillacollo, Carla Lorena Pinto, fue saqueado y destruido por el abandono en el que se encuentra, pues además de la destrucción de los baños, se robaron por lo menos cinco puertas de esta infraestructura, además de un lavaplatos, de una cocineta para preparar café, y los dos lavamanos que se instalaron en los baños de hombres y mujeres. También se llevaron los vidrios de las ventas y se destruyeron todos los focos.
En la infraestructura, se puede observar el daño que la naturaleza provocó, pues al ser edificado con un estilo rústico que combine con la topografía del lugar, se emplearon materiales nobles, como las paredes de adobe y los techos de paja, que no resistieron las fuertes lluvias y provocaron un peligroso descenso del cielo raso de cañahuecas, que corre el riesgo de derrumbarse y aplastar a los esporádicos visitantes.
En una situación similar se encuentra la construcción del museo de Sierra Mokho, que debía guardar además de los restos arqueológicos tiahuanakotas encontrados en este lugar, además de otros detalles relacionados con la fiesta de la Virgen de Urkupiña, para tener algo más que mostrar a los turistas, sobre todo en el mes de agosto. Los trabajos se encuentran en obra gruesa.
En este inmueble no queda ni una sola ventana en buen estado, pues, todas fueron destruidas a pedradas.
También se destrozaron los enchufes de las conexiones eléctricas que fueron instalados en el piso, con el objetivo de iluminar los futuros estantes en los que se debían exponer las piezas históricas. Las puertas siguen en su lugar, pues la mayoría tiene llave y los focos de neón se encuentran intactos.

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